Del remitente de Jazmín, amiga fabricicleta, nos llega el relato de ésas historias que pasan exPizzería adentro en Villa Urquiza. Diarios de Fabricicleta una vez más revive su sección con la participación de los que hacen que La Fabricicleta viva y respire. Muchas gracias.
Nos trae a estas circunstancias de escribir dicha historia las ciertas circunstancias que hacen de ésta una historia de dicha, digna de escribir.
K a r m a:
La historia empieza con Maité, muchachita dorada, de amores puros y bellas sonrisas, muy hermana de sus amigos hermanos. Acercándose la epoca de su cumpleaños, surgio con su familia la necesidad de mudarse más lejos de donde solemos movernos, y en nosotros la idea de regalarle una bici que hiciera su vida mas liviana a los pedaleos.
Así que nos las arreglamos, Mati y yo, para conseguir una hermosa playera y ponerla a punto, pintandola, tapizandola y poniendole encima mucho pero mucho amor.
Nunca antes habíamos regalado algo que hiciera tan feliz a una persona, se agregó algo enorme a su vida, y así a la nuestra. Ella solía decir que era su lugarcito, el lugar a donde ella escapaba, volaba, viajaba.
Florecieron los días en la nueva cleta, el transporte principal a partir de este punto. Re-estrenó su alma reluciendo su cleta, nuestra cleta. Y todo fue amor.
Esta parte de la historia tiene fin el primer día del 2012, los tres volviendo por las nubes del festejo en el Planetario. Listos para volver pedaleando hasta casita. Fuimos a buscar la bici a donde la habíamos dejado atada, y no estaba.
La carita de Maite pidiendome que le diga que le estaba haciendo un chiste, que la bici todavia era nuestra, me demolió. Nos arrancaron un pedazo de algo adentro, nos frenaron en seco en pleno envión.
A l q u i m i a:
Sucedieron esos dias breves y hondos, en silencio y bien juntitos. Llorándola los tres, a esa bici toda nuestra. Putiando y llenos de impotencia, del sabor de lo injusto, de que NO podía ser así. Ese 6 era mi vigésimo Enero, y el festejo era una bicicleteada nocturna y de brindis con Los Nosotros. Mai no soportó la idea de ahora no poder corresponder a los gozes de tal cosa y adelantó tristemente su huida a la costa.
Mientras tanto quedamos aca Jaz y yo, sin saber todavia que hacer con lo que nos pasaba adentro. Hasta que recordé por las bicicendas de mi memoria la leyenda de la Fabricicleta, un lugar místico donde se creaban bicicletas. Recurrí a El Pela (anecdótico sujeto que gira por la vida en su Oniriciclo, Donatello), quien me aconsejó ir a la Fabri, en tiempo y forma.
Y así marchamos Jazmín y Yo ese próximo martes, y nos encontramos con una maravilla inigualable. Esta Leyenda Urbana no era otra que una cueva de amor, de alquimia y retroalimentación, de equilibrio y hermandad, de caras transparentes y p u r o a p r e n d i z a j e.
Emprendimos la tarea de darle vida a un cuadrito de playera (buscado especialmente para devolverle a Maite el verbo de llevar gente distancias enormes, acción popular en ella) Y así marchó, entre mates, grasa, risas, amigos, latin jazz, esfuerzos y amor -todo amor- la tarea. Tarea que logramos en tiempo record según los fabriciclenses; ya que eramos Jazmín y Yo sin parar, puntuales desde el primer minuto hasta el último, 4 manos más companía de maestros ocacionales que ayudaban a que en ningún momento se dejara de avanzar en la tarea. Cuando alguna era muy árdua, o tediosa (gajes de fabricicleta) pensabamos en la imagen de Maite recibiendo la bici, sorprendida, llorando las alegrías; Y toda tarea era duplicada en esfuerzo y amor.
En dos semanas, en 4 encuentros, en 18 hs de tantas manos a la obra, estaba con nosotros de nuevo la cleta, Nuestra cleta. Y sin que Maité supiera ni sota.
D a r m a:
Volví de mi viaje y esa misma tarde fui a visitarlos y a ponerme al día entre cariños, palabras y ricos mates. Después de un largo rato de reencuentro, me propusieron ir a pedalear.
-Mai, por qué no agarrás tu bici?
Abrieron esa puerta y simplemente respiré, mis ojitos se llenaron de lágrimas y lo primero que dije fue ¿Para mi?!
Realmente fue la mejor demostración de dulzura que senti en mi vida. Estaba ahi. frente a mis ojitos, azul y naranja con los dibujos mas lindos que pueda imaginar y lo mejor de todo, era toda para mi, y para compartirme con ellos.
No tenia mas palabras, tampoco las necesitaba, entre los tres nos llenamos de abrazos y unas lagrimitas de emocion, revivieron ese lugarsito que estaba tan triste.
La simplicidad del amor se multiplicó, y acá estamos armonía y yo.
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